Características físicas del Papamoscas cerrojillo
El Papamoscas cerrojillo es un ave pequeña con características únicas que lo hacen fácilmente reconocible. Su cabeza es de un color marrón oscuro a negro, destacada por una mancha blanca en la frente.
El dorso y las alas son marrón oscuro a negro, adornadas con una banda alar blanca, mientras que la parte inferior del cuerpo es completamente blanca. En las hembras, el color oscuro se reemplaza por un tono marrón cálido, más suave y menos contrastado.
Comportamiento y técnicas de caza
El Papamoscas cerrojillo es un experto cazador de insectos. Utiliza un puesto de vigilancia desde el cual observa a sus presas antes de capturarlas en el suelo, en vuelo o entre los arbustos. A veces puede volar en el mismo lugar para alcanzar insectos en las hojas.
A diferencia del Papamoscas gris, el cerrojillo no regresa al mismo lugar después de capturar a su presa, mostrando así un comportamiento más dinámico.
Cantos y llamadas del Papamoscas cerrojillo
El canto del Papamoscas cerrojillo es melodioso y simple. Construye estrofas cortas de 3 a 4 notas diferentes, a menudo con un final alegre. Este canto es más musical que el del Papamoscas gris.
Sus llamadas son gritos breves como «huit» o «tsek», que destacan por su tono chirriante.
Reproducción y nido
El periodo de reproducción del Papamoscas cerrojillo ocurre entre mayo y julio. Generalmente produce una nidada por año con entre 5 y 8 huevos de un color azul pálido.
El macho adquiere un plumaje nupcial blanco y negro durante esta época para atraer a la hembra. En otros momentos, su apariencia se asemeja mucho a la de la hembra.
Es un ave cavernícola que anida en cavidades o cajones nido, utilizando una copa de ramitas y hojas para construir su hogar.
Alimentación
El Papamoscas cerrojillo se alimenta principalmente de insectos voladores, arañas, hormigas y larvas. También incluye bayas en su dieta ocasionalmente.
Hábitat y migración
El Papamoscas cerrojillo habita en bosques claros, huertos y jardines de Europa durante su periodo reproductivo. Es un migrador de larga distancia, viajando al sur del Sahara entre agosto y septiembre, y regresando en abril.
Es menos común que el Papamoscas gris, pero puede ser visto en lugares donde abunda su alimento y espacios de anidación.
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