Explore en detalle las diferentes especies de aves que cantan de noche, sus comportamientos, sus hábitats y las razones detrás de sus cantos nocturnos. Descubra cómo el ruiseñor, el chotacabras, el búho real, y otros utilizan sus cantos para la reproducción, la defensa de su territorio, y mucho más.
En este artículo
La noche trae consigo sus propios misterios y encantos, entre los cuales destaca el canto de las aves nocturnas. Aunque estamos acostumbrados a los pájaros cantores diurnos, algunas especies eligen expresarse en la oscuridad. Estas aves no solo cantan para atraer parejas, sino también para defender su territorio o mantenerse en contacto durante sus migraciones nocturnas. Exploremos estos cantores nocturnos y sus características particulares.
1. El Ruiseñor Común: Un Maestro del Canto Nocturno
El ruiseñor común es una de las aves nocturnas más conocidas por su canto hermoso y complejo. Capaz de producir más de 100 frases musicales diferentes, su canto puede alcanzar un volumen de 95 decibelios, comparable al ruido de una cortadora de césped. Los machos cantan casi sin interrupción desde el anochecer hasta el amanecer durante la temporada de reproducción para atraer a las hembras. Este canto es particularmente fuerte y varía en complejidad según la hora del día; durante el día, es más potente, pero de noche, gana en variedad.
Este comportamiento nocturno está motivado por la necesidad de atraer la atención de las hembras evitando a la vez a los rivales. Sorprendentemente, este pequeño pájaro de plumaje marrón incluso inspiró a Igor Stravinsky para su ópera «El Ruiseñor» en 1914, donde una soprano imita el hipnótico canto de esta ave.
2. El Chotacabras Europeo: El Ronroneo de la Noche
El chotacabras europeo, un insectívoro crepuscular, es famoso por su «trino inusual» o ronroneo monótono que puede durar varios minutos sin interrupción. Este sonido suave y continuo se escucha a menudo al anochecer, al amanecer y durante toda la noche. Adaptado a la caza nocturna, este pájaro pasa sus días camuflado, durmiendo en una rama o en el suelo, y solo se activa al caer la noche. Su canto es utilizado principalmente por los machos para atraer a las hembras y es más frecuente en tiempos despejados y tranquilos. Con aproximadamente 95 especies diferentes distribuidas entre Europa y América, el chotacabras ilustra bien la diversidad de las aves nocturnas.
3. El Búho Real y el Cárabo: Las Rapaces Nocturnas
Las lechuzas y búhos son íconos de las aves nocturnas, a menudo utilizados en los medios para evocar atmósferas misteriosas. El cárabo, con su ululato «hu–hu-hu-houououou», ofrece un sonido suave, aunque el grito del macho es más fuerte y grave que el de la hembra. Canta principalmente para señalar su presencia y defender su territorio. El búho real, el búho más grande de Europa, produce un «ouhououou» profundo y resonante que puede escucharse a varios kilómetros de distancia en una noche tranquila. Aunque estas aves son esencialmente activas por la noche, a veces pueden ser escuchadas durante el día, especialmente durante la temporada de reproducción.
4. El Avetoro Común: La Garza de la Noche
El avetoro común, un pájaro raro y discreto de la familia de las garzas, se distingue por su canto único, difícil de reproducir en onomatopeya, pero a menudo comparado con un cuerno de niebla o el sonido de una cuerda de contrabajo golpeada. Viviendo principalmente en pantanos y zonas húmedas, su canto grave y resonante puede escucharse hasta a 5 kilómetros de distancia. Como muchas otras aves nocturnas, el avetoro común canta principalmente por la noche durante la temporada de reproducción para atraer a una pareja.
5. El Zorzal Ermitaño: Una Melodía de la Noche
El zorzal ermitaño, que pertenece a la familia de los paseriformes al igual que el ruiseñor, tiene un canto muy armonioso que a menudo se compara con la melodía de un instrumento de viento como una flauta. Presente desde Alaska hasta México, canta principalmente para atraer a una hembra o para marcar su territorio. Modula con frecuencia su frecuencia, duplicando o incluso triplicando sus repeticiones para crear un sonido distintivo y encantador que se puede escuchar por la noche, al anochecer y al amanecer.
6. La Alondra: El Cantante Celestial
La alondra, con sus 76 especies y su preferencia por espacios abiertos, se distingue por su canto poderoso y melodioso que a menudo se emite en pleno vuelo. Conocida por su alta sensibilidad a la luz, es famosa por cantar de noche, especialmente durante los desfiles nupciales. Este comportamiento también puede fortalecer los lazos sociales o servir para defender el territorio contra los intrusos. En Francia, el término «grisolle» se utiliza para describir este característico canto aéreo.
7. Otras Aves Nocturnas y Factores Ambientales
Además de las especies mencionadas, otras aves como la alondra común, el zarzalero común y el sinsonte son conocidas por cantar de noche. Las razones varían, desde atraer parejas hasta defender el territorio, pasando por la necesidad de comunicarse durante las migraciones nocturnas. Las investigaciones muestran que el 70 % de las aves que cantan de noche son en realidad especies diurnas, cuyo comportamiento se ve influido por factores como la iluminación artificial y la contaminación acústica en las ciudades, así como por la luna llena que puede estimular su actividad vocal.
Los cantos nocturnos, a menudo más claros y resonantes que los del día, se benefician de las condiciones atmosféricas tranquilas. Las aves urbanas, como los petirrojos, pueden optar por cantar de noche cuando el ruido ambiental disminuye, lo que les permite finalmente ser escuchadas. La contaminación lumínica y la urbanización también influyen en sus hábitos nocturnos, perturbando su sueño y a veces incitándolas a cantar más.
Las aves que cantan de noche ofrecen una sinfonía compleja y variada que enriquece la experiencia nocturna. Su comportamiento está moldeado por una multitud de factores biológicos y ambientales. Ya sea para atraer a una pareja, defender un territorio o simplemente comunicarse en la quietud de la noche, cada canto revela una adaptación única al mundo nocturno, reflejando una riqueza de comportamientos aún en gran medida desconocidos.
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